Las marcas de moda nos muestran colecciones completas de prendas que parecen flotar en las pasarelas, telas, estilos, siluetas y colores en tendencia, toda una campaña realizada para comunicar y vender las piezas. Los diseñadores que ponen empeño en su concepto logran crear una narrativa visual que construye su identidad de marca pero ¿cuántos diseñadores en latinoamérica logran lanzar una o dos colecciones al año y seguir el paso de tendencias?
Entretejiendo Voces nunca ha pretendido ser una marca de moda, porque a nosotras nos interesa el proceso, crear y aprender en colectivo pensando en el impacto de lo que hacemos, cuestionando qué nos gusta y por qué, para seguir haciéndolo a nuestro ritmo, en nuestro contexto. En el mundo de la moda no es permitido crear a un ritmo propio, confieso que a veces me gustaría poder hacer un lanzamiento de una colección completa y unificada, la realidad es que ser un proyecto autogestivo implica muchos retos y cada nueva pieza es un gran logro.
Desde que empezó el 2025 comenzamos a imaginar los nuevos diseños para una colección, de la cual acabamos de lanzar dos vestidos-Campo y Marea- nos tardamos 6 meses en terminarlos, somos un equipo pequeño y en el camino de diseñar y confeccionar vamos aprendiendo, todas tenemos otros trabajos para poder sostenernos y el tiempo para crear se reduce, tenía la expectativa de lanzar al menos 4 diseños más este año pero me quedo satisfecha con lo que logramos porque a pesar de las dificultades, seguimos tejiendo nuestros sueños, la ilusión de un día poder vivir dignamente de lo que nos gusta hacer sigue siendo la constante.
Espero que les gusten nuestros nuevos vestidos, por el momento solo los estamos haciendo bajo pedido pero gracias a ustedes seguimos Entretejiendo Voces.
México no esta hecho de tonalidades neutras sino de paisajes contrastantes, verdes, azules, rosas y violetas, calles irregulares, paredes marcadas por el tiempo, múltiples formas del maíz, los chiles y calabazas.
Nuestras piezas estan hechas de paisajes, caminan por el jardín de Beatriz Bello, las manos de Victoria y Paula en Hueyapan, pasan por el calor yucateco con Monse y las paredes coloridas del centro de Mérida.
Estas piezas son el resultado, pero lo que hacemos es el proceso.

